martes, 23 de febrero de 2010

¿Y después qué?

Hace tiempo no me preocupaba el después. Hace tiempo ni miraba al horizonte, ni temía del destino, ni calculaba fechas, no tenía en mente el paso del tiempo.

Hoy, con poquito por delante a nivel estudios, y con mucho por delante a nivel profesional (o al menos eso espero) la cosa es distinta. También tiene que ver con estar un poco más asentado pienso yo. Te ves con 24 años casi cumplidos, estás ahí de todo y a la vez estás ahí de nada. Sos hombre para algunas cosas gastadas y te das cuenta de que sos un nene de pecho para todo lo que se viene. Lo que antes parecía estar al alcance de la mano hoy se te esconde a la vuelta de la esquina. Conseguir una casa, o empezar a formar una familia empiezan a vislumbrarse en el horizonte, aunque sometido a la crueldad de que a cada paso que de, se alejarán otro paso más.

Entonces empiezo a pensar: ¿y después qué? Cuando me reciba, mi sueño será otro. Y cuando ese sueño esté cumplido, ¿habrá alguno más? Si uno no vive de las ilusiones, la vida se torna un tanto paranoica. A veces está bueno fijarse objetivos. Y no todo tiene que ser material. Porque hay cosas que uno debe hacer para las cuales no está hecho, y cuyo resultado no es precisamente algo duro, rígido, que se pueda ver y tocar. En ocasiones, el resultado puede ser la felicidad, el bienestar, sentirse realizado, pónganle el nombre que ustedes quieran.

Vos, ahora estás acá leyendo, ¿y después qué?

domingo, 7 de febrero de 2010

¡Qué manera de comprar!

Y si señores, estoy de vacaciones. Y como todo "turista" le saco fotos a cualquier pavada, incluso al cartelito indicador de las calles... Y compro. Y compro. Y compro

Lo primero que se te viene a la cabeza cuando decís "Bariloche" es chocolate. Blanco, negro, dulce, amargo, como sea, pero chocolate. La foto con el san bernardo, los peluches, las remeras, buzos, cositas de la feria artesanal, gorros, guantes, salame y queso...

Y excursiones. Que Catedral, que Isla Victoria, que puerto Blest, que bolsón, y que la mar en coche. Todo, pero todo todo, se traduce con un solo signo: $

En fin. Mientras la billetera aguante...