martes, 20 de julio de 2010

Despreocupación planificada

Hace tiempo me dijeron "qué egoista sos con vos mismo". Vino como respuesta a una larga conversación en la que hablábamos de las cosas que hacía y por qué las hacía con una amiga a la que aprovecho hoy para desearle un feliz día.

Que si cocino, es para la familia. Que si busco información, es para alguien que la necesite. Que si voy de vacaciones, traigo regalos para todos, menos para mi. Que siempre ando con el ojo puesto en lo que puede ser lindo o agradable para otros, pero rara vez hago cosas por y para mi mismo.

Podríamos rescatar de entre todo ese conjunto a la universidad, en donde el bien o estudio conseguido sólo es para mí. Aunque, no sé si corresponde apartarla tanto, porque es para mí por ahora, cuando tenga familia supongo que me servirá para conseguir un mejor trabajo y hacer nuestros días menos duros y fríos.

¿Será que no tengo de qué preocuparme? ¿Será que soy conformista, y con lo que tengo me alcanza y no necesito nada más? Igualmente consideremos que la necesidad es una cuestión situacional de tiempo. Un día te falta esto, al otro día aquello, y cuando de verdad tenés todo, es porque antes te faltó y lo conseguiste.

Por otro lado, no quiero correr el riesgo de mirar demasiado para adentro y concentrarme en lo que necesito únicamente. Sería "egoísta" con los demás...