lunes, 6 de diciembre de 2010

Decepcionado.

El sábado pasado, miré Talento Argentino, como hago usualmente.

En eso apareció un tipo que hizo una estupidez con la garganta, y cuando los jurados le preguntaron, confesó que sólo se presentó para ganar una apuesta, un fernet de litro. Todos lo vitorearon, y ni siquiera dudaron de que su presencia merecía el pago de dicha apuesta.

Yo me pregunto: ¿no es eso una falta de respeto hacia la gente que se mata por estar ahí? Hay gente que junta mango por mango, haciendo un esfuerzo enorme y viniendo desde lo más recóndito, sólo para hacer ese casting.

Y de repente viene un tarado que le quita el lugar a alguien que realmente lo merece, y se lleva los aplausos de todos.

Una verdadera decepción

martes, 23 de noviembre de 2010

Reordenando pensamientos.

Semana hábil que comienza luego de un feriado debutante.

Hace un rato que llegué y no sé que pensar primero. ¿En el trabajo? ¿En la universidad? ¿En la familia?

Ubiquémosnos en tiempo y espacio: una oficina. No muy amplia ni cómoda, ni siquiera personal. 9:18. Y me enteré que trajeron una máquina nueva que ofrecerá café decente.

Cuando tengo mucho para hacer, me siento amedrentado, acosado. Y las tres o cuatro neuronas que me quedan sanas en lugar de alinearse tienden a hacer una coreografía de estilo libre.

Un ovillo de hilo de pizza, lleno de nudos, y enroscado en una caña que alguna vez fue barrilete. ¿Alguien me ayuda a encontrar la punta?

lunes, 8 de noviembre de 2010

Costo cero

¿Vieron que barato sale decir estupideces? Independientemente del medio, ya sea escrito, la televisión, la radio, o la vereda misma. Siempre hay quienes se sienten capaces de mansillar la libertad de prensa sin pudor alguno.

Cientos de profesionales resisten el diario ataque de los "opinólogos populares". Gente que, sin ton ni son, y además sin un hilván que les sujete las neuronas, dice cuanto quiere, sin importar si es ofensivo, correcto, incorrecto, o sin siquiera chequear la veracidad de lo que afirma.

-¿Qué te parece? ¿Lloverá?
-Y hay mucho viento, capaz limpia y no pasa nada... Pero ojo, hace mucho que no llueve, vendría bien. Capaz refresca un poquito, y después sale el sol.

Y sí, algo tiene que pasar. De repente todos somos meteorólogos, políticos, futuristas, modistos, analistas deportivos, chimenteros de espectáculos, excéntricos pensadores...

No somos nada. Acostúmbrense...

viernes, 22 de octubre de 2010

Anestesia

El atardecer viene a interrumpir la sombra uniforme que me brindó la mañana,
intentando cubrir el rostro borroso de un niño pobre que se hunde entre las risas nítidas de los comensales del restaurant.

Una imagen estática contra una dinámica:
Los azorados ojos del niño fijos en el almuerzo opíparo,
Resisten los empellones de quienes velozmente se dirigen a ningún lado.

Ocaso que llegaste para interrumpir mi velada
No le temas a la noche, quédate conmigo.
Que quiero seguir observando

Del cielo caen gotas que abrazan sus lágrimas de sal
Y no sabe contenerlas, incomprendido.
No importa si son buenos o traidores los que comen
Los envidia.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Tiempos diferentes

Una vez más me puse a discutir acerca del egocentrismo del tiempo. No sólo transcurre, sino que tiene imperiosamente que hacerse notar sobre personas, estructuras, ideales, épocas, y demás elementos de manera tal que al mirarlos desde un punto exterior, todos digamos "cuánto tiempo ha pasado por aquí". Tal como el viento libera las hojas y les da alas, el tiempo tiene un artilugio para que siempre estemos pensando en él. ¿No es suficiente? Que problema de autoestima tenés viejo...

Sin embargo, la cosa se va poniendo densa cuando hablamos de tiempo para todo. Por ejemplo: ¿cuánto tiempo toma construir algo y cuánto destruirlo? ¿el tiempo que empleamos en algo que consideramos útil, es justamente útil, o es sólo que nosotros lo consideramos útil porque consideramos útil el resultado obtenido?

El tiempo nos ha hecho sus víctimas, y cada quien, en mayor o menor medida, aporta un granito de arena para formar el montón a partir del cual se basa su orgullo.

viernes, 27 de agosto de 2010

jueves, 26 de agosto de 2010

Confiá

Escribamos. Vamos a escribir. ¿Que por qué escribimos? Porque nos gusta, haciéndonos sentir libres, hilando palabras en una red para capturar cualquier sueño. Porque nos transforma, nos da la posibilidad de pintar una imagen completa sin ensuciar, un escenario antiguo o moderno, con un vaivén de personajes que creemos necesarios. Porque nos funde, tornando ideas azules y verdes en pensamientos turquesa, deformes, alocados, autónomos y sin embargo para nada propios. Porque queremos despuntar el vicio haciendo lo que nos gusta, modelando en un papel un universo posible desde nuestros ojos, teniendo como único testigo a la cómplice tinta que encubre nuestros deseos y los amolda de tal manera que la sonrisa en la cara al leer, se haga evidente. Porque ante la imposibilidad del habla, la escritura siempre es un escape, llena de recodos y magia lista para ser descubierta

¿Es obligatorio escribir? Y no, lamentablemente no. Si te puedo convencer de que escribas, mi misión está completa.

¿Y sobre qué escribimos? Esta cuestión es de porcelana. Si ponemos un título, y bajo él sentimos la presión de escribir lo que debemos y no lo que deseamos, se romperá fácilmente. Si por el contrario, forjamos un contexto cálido, lleno de ideas y pasión, podemos terminar hasta calentándonos las manos...

Ahora bien, ¿qué temática debemos tratar? Sólo una. La que a nosotros nos plazca

martes, 10 de agosto de 2010

Bajate de la moto

Tranquilo. Sereno. No frenético. Como diría un famoso comercial: holgaaaaaado.

¿No pudiste? No te hagás problema. El común de la gente no encuentra ni un mínimo rato en el día (o en su vida) para bajar un cambio.

¿Vas hasta al baño con el celular? ¿No podés esperar a que se llene el depósito para volver a tirar la cadena? De nuevo, no te hagás problema. El común de la gente lo sufre.

¿Cuándo se abre la puerta del ascensor, esperás a ver si hay alguien que quiere salir, o te atolondrás para querer entrar? Eso, si tiene algún nombre, para mi se llama "síndrome de subte".

¿Te doy otro dato? Ni siquiera es culpa tuya. Te ves envuelto en lo frenético del mundo permanentemente, donde para ser exitoso, hay que hacer las cosas bien, y sino, al menos rápido. Y cada vez la tranquilidad se busca más, se desea más, se necesita más. Y no hay que ser un premio nobel en economía para darse cuenta de que cuanto más aumenta la demanda, el bien se torna escaso, y más cuesta conseguirlo. Entonces, para salvarte de la locura, buscás irte de vacaciones a un lugar paradisíacamente tranquilo, que cuesta mucha plata. ¿Y cómo conseguís esa plata? Esforzándote en tu trabajo, consiguiendo más en el mismo tiempo, exprimiéndote las neuronas, extenuándote, terminando por odiar todo eso que hacés.

Y ahí la cosa cambia. Ahí, la culpa sí es de uno. Cuando no podés poner un límite y decir basta. El torbellino de la realidad te envuelve y una vez que estás en él, salir es estruendosamente difícil.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Simplemente único.

martes, 20 de julio de 2010

Despreocupación planificada

Hace tiempo me dijeron "qué egoista sos con vos mismo". Vino como respuesta a una larga conversación en la que hablábamos de las cosas que hacía y por qué las hacía con una amiga a la que aprovecho hoy para desearle un feliz día.

Que si cocino, es para la familia. Que si busco información, es para alguien que la necesite. Que si voy de vacaciones, traigo regalos para todos, menos para mi. Que siempre ando con el ojo puesto en lo que puede ser lindo o agradable para otros, pero rara vez hago cosas por y para mi mismo.

Podríamos rescatar de entre todo ese conjunto a la universidad, en donde el bien o estudio conseguido sólo es para mí. Aunque, no sé si corresponde apartarla tanto, porque es para mí por ahora, cuando tenga familia supongo que me servirá para conseguir un mejor trabajo y hacer nuestros días menos duros y fríos.

¿Será que no tengo de qué preocuparme? ¿Será que soy conformista, y con lo que tengo me alcanza y no necesito nada más? Igualmente consideremos que la necesidad es una cuestión situacional de tiempo. Un día te falta esto, al otro día aquello, y cuando de verdad tenés todo, es porque antes te faltó y lo conseguiste.

Por otro lado, no quiero correr el riesgo de mirar demasiado para adentro y concentrarme en lo que necesito únicamente. Sería "egoísta" con los demás...

miércoles, 23 de junio de 2010

Identidad desconocida


A veces me siento así. Cientos de cursos, capacitaciones, horas sin dormir y cataratas de estudio, sólamente para entrar en la máquina de picar carne, y que el producto obtenido sea el mismo que al triturar un completo ignaro.

"Cuando el trabajo tiene que salir tiene que salir" Y si, cruel verdad. No importa si lo hace un ingeniero en sistemas o el flaco que barre.

¿Algún día valoraremos el esfuerzo? Me parece que es una idea demasiado cara...

martes, 22 de junio de 2010

Reseña de QUIDAM

El 13-6 fui a ver el último espectáculo del cirque du soleil, intitulado QUIDAM. Etimológicamente proviene del latín, y significa "pasajero anónimo" o bien "don nadie".

Más allá del impacto que pretende causar el contraste de la función (pasamos de alegría a tristeza, de emoción a rutina, de sorpresa a recuerdos), lo más atrayente resultan ser las roldanas presentes en el techo de la carpa, que acercan y alejan artistas, telones, y demás elementos hundiendo o rescatando el show que se brinda sobre el escenario.

Seguidamente, y desvirtuando un poco el post en virtud de que lo llamé "reseña", voy a puntualizar aquello que para mi se destaca. Siempre sobre la escena hay una figura del bien y el mal. Pasó ya en Alegría (el espectáculo anterior), donde una dama de negro circundaba el escenario casi en las tinieblas, mientras una dama de blanco, con el mismo atuendo, tomaba protagonismo. Y aquí es inconfundible el contraste entre el payaso inicial -o "clown" para los más exigentes-, y la figura del hombre sin cabeza con un paraguas. Según dice la historia circense, estos personajes deben estar en el escenario simultáneamente cuando se performa un truco de malabarismo, altura, o acrobacia, para garantizar el éxito del mismo. Si todo está bien, prosiguiendo en el decir, es muy probable que el truco salga mal para contrarrestar, y si todo está mal, la energía negativa se apoderará del truco y lo atraerá hacia sí, provocando el fallo.

Ya decididamente fuera del foco del circo pregunto: ¿vieron que cuando todo está demasiado bien uno desconfía? Y, paralelamente, ¿vieron que cuando todos se quejan, uno se queja casi por inercia, y no porque realmente sienta la necesidad de reclamar?

La historia habla de las figuras del bien y del mal, la filosofía china del ying y el yang. Las quejas se contagian como los bostezos, y la buenaventura perpetua no existe, porque a pesar de los esfuerzos inestimables, se mancha con el mal de una realidad para nada acogedora.

Contrastes que le dicen...

lunes, 7 de junio de 2010

Sensación de frío.

No es ninguna novedad que está por llegar el invierno. Tampoco es novedad el viento, las bajas temperaturas, y más aún, esa llovizna que no moja, pero que cuando cae sobre la cara te la humedece, y en complicidad con el viento, hace que se te paspen los labios.

Salís de bañarte en ojotas o descalzo. Y tenés que tener una alfombrita para pisar porque sino te invade un escalofrío que te recorre el cuerpo entero. Sin mencionar que cuando abrís la puerta del baño se mete un chiflete bárbaro.

Empezás a jugar como los nenes, haciendo humito con la boca. Comprás guantes ridículos con los dedos de colores, que no ceden más de medio centímetro, a pesar de proclamarse como "mágicos". Los laboratorios que hacen antigripales o jarabes para la tos gritan de felicidad como Edenor cuando encendés una estufa eléctrica.

Te levantás diez minutos más tarde de lo que te hubieras levantado si no hiciera frío. Ponés la radio para que te haga compañía mientras desayunás, tipo 5:30 o 6, y te sorprende Magdalena Ruiz Guiñazú en su programa diciendo "¡¡Ay pero que frío que hace!!" Brrrrrr, más frío...

Si ves un indigente durmiendo en la calle, tapado con treinta y siete frazadas, te da más frío, y automáticamente empezás a pensar el porqué de tanta injusticia. Como alguna vez me dijeron en Bariloche, "el frío mata la moda", y me refiero a que no importa si combinás colores, o te ponés algo para lucirte, lo importante es estar calentito.

Sensaciones de frío, más que el frío en sí mismo.

jueves, 27 de mayo de 2010

Aquí, allá, en ningún lugar.


A veces me pregunto cuán cerca estoy de cada una de las fotos, cuánto tengo y cuánto me falta, si puedo considerarme dichoso o desfavorecido...

Y además, si tengo, ¿qué hago con todo lo que tengo? ¿Es mío porque yo lo conseguí? ¿Puedo compartirlo? ¿Merecen otros mi crédito sin haber realizado el esfuerzo que considero necesario?


Y si no tengo, ¿alguno de los que tiene, debería compartir conmigo? ¿O sólo podría, sin ninguna obligación? ¿No ven que lo necesito, y que no tengo los medios para lograrlo? Y si tengo los medios, ¿estoy dispuesto a esperar el tiempo que los medios demoren en darme lo que necesito?



Tengo 24 años, y un cofre con un pergamino de sueños que apenas me deja cerrar la tapa. Cada uno que cumplo, agrego varios más. Sé que tengo poquito, pero quizás, en una de esas, ese poquito me alcance para ser feliz y ya no necesite más nada.

miércoles, 12 de mayo de 2010

El fin de una etapa

No sé si coincidirá con el fin del mundo que predijeron los mayas. No sé si mañana me levanto torcido, mando todo a la RPM y san se acabó.

Pero en mi interior sé que la etapa ya se terminó. Puede que la estire, que con argumentos que yo mismo sé que voy a creerme me convenza de que todavía queda un poco de vino en la botella. Tarde o temprano te das cuenta que el tiempo que invertiste en convencerte de que algo no estaba pasando, es tiempo que pudiste haber aprovechado para remediar eso que sí estaba pasando.

Hay cosas que no me gustan. Y cuando las cosas no me gustan, puedo poner cara de poker y decir "está todo bien", pero la revolución interna va creciendo. Y tengo miedo que se me escape por la boca, entonces hago fuerza para mantenerla cerrada. Mas, como dicen varios físicos, "a igual cantidad de energía potencial y cinética, el movimiento hace parecer la existencia de abundancia".

La procesión va por dentro.

domingo, 2 de mayo de 2010

No aguanto más.

¿Qué pasa cuando sobre un globo inflado uno pone un dedo y ejerce una presión por más mínima que esta resulte? El globo se deforma, y crece hacia el lado libre, donde no sufre presiones.

Mas, ¿qué pasa cuando son infinitos los dedos sobre el globo, y quedan muy pocos espacios libres? La superficie del globo se tensiona.

Y, peor aún, cuando las presiones se ejercen reiterada y profundamente, el globo cede, y libera su interior, al libre albeldrío, pretendiendo despojarse de responsabilidad alguna.

Puedo asegurarles que no a todos les gusta cuando eso sucede.

martes, 27 de abril de 2010

El límite del raciocinio y el comienzo del sentir.

Varias veces escucho a la gente que critica a los demás, mediante la frase "¿Por qué no pensás un poco más las cosas? ¿No tenés dos dedos de frente?" Y yo pienso: a pesar de que haya gente que tenga mucha frente, no siempre coinciden con ser seres muy pensantes...

¿Cuánto podemos pensar algo? ¿Hasta dónde se puede usar la cabeza para resolver asuntos que no son del todo razonables? ¿Qué grado de espontaneidad se perdería, si todo el mundo pensara antes de actuar?

Ayer leí en el nick del msn de una amiga "Y por pensar tengo un millón de cicatrices" y realmente me conmovió. ¿Hasta qué punto podemos obtener beneficios del uso de la razón sin caer en el hecho de que su exceso nos lastime?

Por ejemplo: tu novio/a, marido/a, concubina/a, compañero de trabajo, etcétera, te dice "tenés un grano re poderoso en la frente..." Si uno se pone a divagar sobre por qué te dice eso, puede llegar a las siguientes conclusiones:
1) De verdad tenés un grano, y es enorme
2) Te lo dice por venganza, porque a él/ella le salieron 7 y a vos ninguno, entonces te tiene que hacer parte de su miseria
3) De verdad tenés un grano, y te lo dice porque te quiere
4) No estás seguro de tener un grano pero confiás en lo que te dice
5) No estás seguro de tener un grano, y encima le decís "naaaaaaaah" y vas a mirarte al espejo (lo que demuestra que no confiás)

Lo más triste, es que mientras pensamos todo esto, si el grano está, aún sigue, y si no está, perdimos un valioso tiempo que podríamos haber minimizado pasando el dedo por el lugar indicado.

Sé que el asunto del grano es un concepto algo deforme, pero es lo que mejor se ajusta a lo que quiero decir: hay cosas que podés ponerte a pensar, y cosas que no

jueves, 22 de abril de 2010

Que lo parió che...

Cada vez cuesta más llenar la heladera...

domingo, 18 de abril de 2010

¡Que te resbale!

Por la posición que ocupo en el trabajo, tengo que lidiar permanentemente con una difícil situación. Mejor dicho tenemos, porque somos varios los que la padecemos.

Siento como si hubiera una guerra entre rusos y alemanes, unos con apoyo de Estados Unidos y los otros de China, unos con su super tecnología, y los otros curtidos ya de tanto combatir. Una pradera inmensa, de un verde infinito que se hunde en el horizonte hasta declinar en el más puro celeste de un cielo que no tiene conciencia de lo que está a punto de pasar.

Y nosotros en el medio. De todas las posibles, la mejor y más calificada carne de cañón de todo el piso. Recibiendo fuego cruzado de ambos lados, es lógico que algún misil con un leve desvío angular nos impacte perpendicularmente en la cabeza, reduciéndonos a simple escoria, aunque dejando vestigios sanguíneos en los uniformes de los que nos rodean.

¿Que cuál posición ocupo? Control de calidad. Agente de la calidad. Es tratar de ser el auxilio que toda persona necesita cuando está viajando en plena ruta, a 200 kilómetros de cualquier interacción siquiera con una rata, quisiera tener. Hasta que aparecimos nosotros, todos viajábamos sin auxilio: si llegábamos a destino en buenas condiciones, entonces teníamos éxito. De lo contrario, a empujar se ha dicho.

Pero aún hay más. ¿Qué pasa si tu propio auxilio tiene la misión de explicarte por ejemplo, que baches deberías evitar para no haber causado la pinchadura, o te explicara cómo es el proceso para cambiar un neumático, aún cuando lo has hecho miles de veces, y por un tiempo más que prolongado? Entramos en un terreno escabroso. En cierta manera hay quienes se relajan y conducen despreocupados, y a toda velocidad, porque ya saben que hay alguien más dispuesto a auxiliarlos. Hay quienes saben que a pesar de que necesiten ese recambio, si el auxilio mismo resulta tedioso -o simplemente hace algo que les desagrada- lo arrojarán con toda su furia lo suficientemente lejos como para no oírlo, y dedicarán en su honor cientos de maldiciones y prejuicios.

Lo que nadie, absolutamente nadie, tiene en cuenta, es que alguna vez nosotros también condujimos, y que ahora, entre tanto desprestigio y desesperanza, intentamos ayudar y no perjudicar.

Alguna vez entenderán, que cuando vayan por ese auxilio, luego de haberlo desgastado y deformado en diversas ocasiones, puede que éste falle, a pesar de que se le ha indicado ser indiferente a todas esas agresiones. Y es entonces cuando dirán que ese auxilio ya no sirve para nada.

lunes, 12 de abril de 2010

Me siento el super intendente Chalmers (Archundia)


Me siento como él. Para quienes no lo conozcan, él es el superior del director Skinner en los simpsons.
Siempre que llega a algún lugar de sorpresa todo está mágicamente preparado para su arribo. Todo el mundo lo espera, todos saben que va a venir, y aún así fingen sorpresa y claman "Oh, superintendente, que sorpresa". Además, ante cualquier equivocación o cualquier desfasaje, Skinner culpa a los niños.
-Qué opina de los carteles?
-Demasiado aduladores
-Fueron los niños. Traté de disuadirlos pero...
Así me siento yo. Cuando preparo todo, cuando quiero regalar algo, o aparecer en algún lado sin haber avisado antes, todos saben ya que voy a ir, qué voy a regalar, o qué tengo preparado. Y lo peor es que te dicen "hooooooooooooooola Wallyyyyyyyy, no te esperábamos", y si no me gusta algo o encuentro algo de que quejarme -tarea muy fácil cuando se es como yo- siempre hay algún salame responsable del desbarajuste.
Malditos impostores.

sábado, 10 de abril de 2010

¡Tené cuidado!

Hace rato enloquecí y todavía sigo suelto...

lunes, 5 de abril de 2010

No pretendas sentido común.

Muchas, pero muchas veces, me han dicho que no pretenda que la gente use el sentido común. En diferentes ámbitos: en mi carrera, en mi trabajo, en la vida... Y yo me pregunto si eso es correcto o es una apreciación un tanto cruel.

Verán, decirle a la gente qué debe hacer y cómo debe hacerlo deja muy reducidas las chances de equivocarse. Y eso puede parecer a simple vista algo positivo, pues si nos equivocamos menos, hay menos que rehacer, lo que se hace surge más rápidamente, y nuestros superiores o docentes tienen una cara de feliz cumpleaños todo el tiempo.

¿Pero que hay de aquello de que "de los errores se aprende"? Si nos equivocamos cada vez menos, entonces cada vez aprendemos menos. Y si cada vez aprendemos menos, somos menos valuables en el mercado. Y las posibilidades se achican, el mundo se hace un punto que cualquiera puede dibujar con un bolígrafo que funcione.

Además, un tal Darwin alguna vez dijo "órgano/músculo/miembro que no se utiliza, se atrofia". Y si no usamos el cerebro, seremos, ineludiblemente, cada vez más mediocres.

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿Cuánto se puede decir en cuatro palabras?

Te extraño. Y mucho.

lunes, 15 de marzo de 2010

¿Seguridad o desafío?


Siempre me pregunté que era mejor. Quedarse donde uno está, con lo que consiguió por sí mismo o a través de otros, o moverse, buscar la acción, salir de la trinchera hacia el crudo campo de batalla. Y la duda surge por la "comodidad" o el contento que produce la situación en la cual uno se encuentra en determinado momento. Pasa con el trabajo, con el destino, con el amor...
a
Cuánto puede cambiar todo si tan solo uno desea que eso pase. Cuántas miradas dejan de ser neutrales para pasar a ser cómplices. Y si todo es tan simple que puede ser dirigido por un deseo, ¿por qué nos cuesta tanto cambiar?
Hay quienes soportan todas y cada una de las injusticias por conservar lo que tienen. Y no siempre pueden elegir aquello que los motiva, que los identifica. Incluso, hay razones ajenas al propio ser que obligan a tomar una decisión. Por ejemplo, no es lo mismo cambiar de trabajo si sos soltero, si sos casado, si estás pagando una deuda, si tenés hijos, si el otro trabajo queda en la loma del pendorcho...
a
Pero, ¿cuánto estamos dispuestos a soportar en pro de mantenernos? ¿Cuánto dolor y flechazos al corazón del orgullo resistiremos? ¿Qué tan denigrados podemos ser por conservar esa suma de dinero, esa ilusión amorosa, ese ideal que ha estado en nuestra familia por generaciones?
a
Prefiero tomar el riesgo, aunque termine hundiéndome en mi propio desafío.

viernes, 5 de marzo de 2010

Este año me toca

Bueno, voy culminando el asuntito ese de mi carrera universitaria.

Este año me toca hacer proyecto y pasa algo curioso. Durante toda la carrera vine teniendo ideas fabulosísimas sobre que hacer cuando llegara este momento. Y la verdad que ahora, ya sea por costos o por factibilidad, no me queda ninguna.

Igual, hay varias cosas que tengo en mente, pero no me fío mucho (de mi mente) a estas alturas.

Así que si tienen alguna idea buena, me pueden integrar a su grupo! Soy trabajador, tengo impresora a color, sé manejar word, y según el horóscopo este año voy a tener suerte. ¿Qué más puede pretenderse de un integrante? Es una oportunidad irrepetible...

Ahora bien, si aún después de leer el párrafo anterior no quieren integrarme, tengo varias formas de "comprar" ideas. Hay algunos ítems que podemos trocar, según sea una idea potente o simplemente una idea. Puedo llegar a pagar con:

1) 6 cañoncitos de dulce de leche
2) Cupones de descuento para el norcenter
3) Una foto de Zulma Lobato
4) 50 cassettes vírgenes TDK(de 90').

Escucho ofertas...

martes, 2 de marzo de 2010

¡A 11 días de cumplir los 24!

No me emociona. Sinceramente pienso que los días especiales o destacados no sirven para nada.

No me sirve acordarme de fulanito o menganito sólo en el día de su cumpleaños. Si me interesa de verdad fulanito o menganita, me tendría que acordar todos los días, no sólo uno.

De igual manera pienso acerca de las fechas típicas o aniversarios de noviazgo/casamiento. O sea, tu papá no es tu papá solamente durante las 24 horas que dure el día del padre. ¿Por qué vas a "premiarlo" por su buen desempeño en una sola oportunidad, en un solo momento? O mejor aún, regalale algo a tu novio/a o marido/esposa todos los días, y que ese algo no sea siempre material.

martes, 23 de febrero de 2010

¿Y después qué?

Hace tiempo no me preocupaba el después. Hace tiempo ni miraba al horizonte, ni temía del destino, ni calculaba fechas, no tenía en mente el paso del tiempo.

Hoy, con poquito por delante a nivel estudios, y con mucho por delante a nivel profesional (o al menos eso espero) la cosa es distinta. También tiene que ver con estar un poco más asentado pienso yo. Te ves con 24 años casi cumplidos, estás ahí de todo y a la vez estás ahí de nada. Sos hombre para algunas cosas gastadas y te das cuenta de que sos un nene de pecho para todo lo que se viene. Lo que antes parecía estar al alcance de la mano hoy se te esconde a la vuelta de la esquina. Conseguir una casa, o empezar a formar una familia empiezan a vislumbrarse en el horizonte, aunque sometido a la crueldad de que a cada paso que de, se alejarán otro paso más.

Entonces empiezo a pensar: ¿y después qué? Cuando me reciba, mi sueño será otro. Y cuando ese sueño esté cumplido, ¿habrá alguno más? Si uno no vive de las ilusiones, la vida se torna un tanto paranoica. A veces está bueno fijarse objetivos. Y no todo tiene que ser material. Porque hay cosas que uno debe hacer para las cuales no está hecho, y cuyo resultado no es precisamente algo duro, rígido, que se pueda ver y tocar. En ocasiones, el resultado puede ser la felicidad, el bienestar, sentirse realizado, pónganle el nombre que ustedes quieran.

Vos, ahora estás acá leyendo, ¿y después qué?

domingo, 7 de febrero de 2010

¡Qué manera de comprar!

Y si señores, estoy de vacaciones. Y como todo "turista" le saco fotos a cualquier pavada, incluso al cartelito indicador de las calles... Y compro. Y compro. Y compro

Lo primero que se te viene a la cabeza cuando decís "Bariloche" es chocolate. Blanco, negro, dulce, amargo, como sea, pero chocolate. La foto con el san bernardo, los peluches, las remeras, buzos, cositas de la feria artesanal, gorros, guantes, salame y queso...

Y excursiones. Que Catedral, que Isla Victoria, que puerto Blest, que bolsón, y que la mar en coche. Todo, pero todo todo, se traduce con un solo signo: $

En fin. Mientras la billetera aguante...

sábado, 30 de enero de 2010

Nada original, aunque sí verdadero

Alguna vez me pregunté si era feliz. Sinceramente no supe responderme. No supe que criterio fijar, bajo que estereotipo decidir, que postura adoptar al momento de discernir.

Uno puede ser feliz amando todo lo que tiene, o vivir triste y decepcionado añorando todo aquello de lo cual carece.

Admiro a quienes gritan su felicidad a viva voz, a los cuatro vientos, a todo el mundo. Y también los desprecio, pues la felicidad, a mi gusto, es personal, y no es algo que se comparta. Las cosas que me hacen feliz a usted quizás ni siquiera le importen. Los causantes de su felicidad me importan un bledo, aunque para usted merezcan estar en un altar. Lo que te hace feliz te identifica, te distingue, te dignifica.

Hoy miré al levantarme el mismo rostro que contemplo hace casi 24 años, y descubrí otro aspecto sobre la felicidad: si bien no se transmite, se nota. Créanme que se nota.

Recordé lo absurdo de haber celebrado "el día de la risa", y reí, sonreí.

No sé si soy feliz o no. Pero estoy aprendiendo.

miércoles, 27 de enero de 2010

¿Qué temperatura hace en Bariloche?

Pienso ir a comprobarlo personalmente...

miércoles, 20 de enero de 2010

Consideraciones sobre Facebook

-¿Por qué no tenés Facebook?
-Porque tengo un blog, prefiero eso

-Pero todo el mundo tiene Facebook
-No me interesa.


No voy a tener Facebook, no sigan rompiéndome las bolas...

martes, 19 de enero de 2010

Hace mucho tiempo que no pongo una foto

¿Qué sensación les causa?

lunes, 11 de enero de 2010

Usar gente: ¿con o sin culpa?

Siempre me he preguntado si cuando uno está mal y recurre a alguien de confianza para sentirse mejor es una proeza o un acto vandálico contra la buena voluntad del otro.

"Para cualquier cosa que necesites, podés contar conmigo" ¿Les suena la frase? Quizás sea vaga la definición de cualquier cosa empleada en esta oración. Pero más allá de eso, no puedo evitar sentirme culpable cuando (por decirlo de alguna manera) "aprovecho" las virtudes de mis amigos y/o familiares para que el mal que recae sobre mí no sea tan difícil de llevar adelante.

Sin embargo, cuando alguien que conozco -y que tiene la suficiente sinceridad para admitirlo- me dice que está mal, le ofrezco mi oído, y mis consejos.

La balanza emocional, ¿está entonces equilibrada? ¿Qué opinan?

viernes, 1 de enero de 2010

El 2010

Da comienzo a una nueva década

Está en pañales

Lo llenamos de deseos y buenos augurios

Rogamos que sea mejor que el año que pasó, aunque el año que pasó nos hayamos comprado 5 autos, 3 casas, y hayamos laburado medio día a la semana.

Pero...

Se celebró igual que siempre

Hubo heridos como todos los años

Siendo casi 2 de enero seguimos teniendo problemas digestivos por todo lo que comimos y/o tomamos

Pasamos una fiesta "acá" y una "allá" como siempre

Entonces... ¿Un año distinto? ¿U otro más que metemos en la bolsa?

El insulto más duro

A lo largo de mis 23 años, casi 24, he sido acreedor de un sinnúmero de insultos, deseos de prosperidad adversa, y demás. Todos más o menos parecidos, menos uno.

El que más dolió, fue "gordo". En ocasiones solo, en ocasiones acompañado de recordatorios hacia los miembros de mi familia. Y hago una aclaración: "gordo" no es un insulto si uno utiliza dicha palabra con el fin que fue creado, pero sí se transforma en un insulto cuando se utiliza para descalificar.

Que poca imaginación tiene la gente al insultar... Y con esa paupérrima imaginación, cuánto daño hace.