jueves, 22 de diciembre de 2011

Memo

Ah, felices fiestas.

Obvio, no me quedaba otra...

Me pregunto cuántas veces la gente actúa (o cree que actúa) por carencia de oportunidades u opciones...

No es un tema menor mencionar que el abanico de posibilidades cuando se enfrenta una situación en general no aparece a primera vista, sino luego de haber dedicado un pequeño período de tiempo considerando todos los factores que influyen -y aquellos que no- ("investigar" que le dicen...).

Si "no te queda otra" cuando enfrentás un problema, estás, justamente, en un problema. Son realmente pocas las situaciones irremediables o imposibles de zafar.

Actuar porque "no queda otra" es un indicio de incapacidad, ignorancia o quizás holgazanería.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Me sentí mejor

A veces viene bien saber. Y a veces es útil tener el teléfono del que sabe. Y por suerte yo al que sabe lo tengo sentado al lado todos los días -menos los que no viene, o de vez en cuando se opera viste....

Hablo de Mariano. Viendo su blog me convencí de que vale la pena luchar por los ideales, y también por lo que uno quiere o siente que necesita, lo cual no necesariamente tiene que ser un ideal. Es de esos tipos positivos, a los cuales si les rompen el traste dicen "tener el culo roto es una oportunidad". También hablo de Daniela, Gisela, Franco, y otros más (que no tienen blog...). Gente que se le planta a cada desafío y para sorpresa de muchos, hacen touché.

Y en esta oportunidad, sentí que necesitaba cambiar. Incorporar algo nuevo, gastar las monedas que me quedaban en el chanchito antes de que caduquen, ya sea por su valor, o porque cambie la moneda nacional. Aprendí que lo que tengo vale, mucho o poco, no importa. Para mí, vale. Si a otro le parece que no vale de nada, allá él, a mi me resbala. Y cuando hablo de monedas no hablo de plata, sino de actitudes, valores o capacidades que sabés que poseés, pero que por una cosa o por otra no podes o no querés expresar. Pero llega un punto en el que todo se junta y explota de la peor manera (pongan en wikipedia Teoría del big bang).

Me dí cuenta de muchísimas cosas con solo mirarme. Por dentro y por afuera. 25 años. Algún pelo que otro canoso, de aquellos fuertes que van quedando y no se rinden ante la pelada avasallante. Lentes (seguro, siendo informático, es casi inevitable). 1 metro 81. Buen tipo. Espontáneo. Ignorante completamente respecto a la moda (igual, nunca llegué a ponerme zapatillas rojas...). Fornido (saludable diría la nonna querida...). Y capaz.
Y cuando dije capaz, la cosa cambió.

El domingo a la tarde estaba lindo, tipo 4. Después de leer el post "Se puede", dije "sería lindo ir a caminar". Y fui. Por ahora van 3 días que camino ininterrumpidamente, y hasta ayer me animé a correr. Obviamente, fueron los 30 segundos más extenuantes en los últimos 5 años. Pero el segundo número 31 fue increíble. Pude.

Tengo la cabeza llena de ideas. Y de estupideces también, como todo adulto que reniega de su falta de adolescencia. Y como dicen quienes entienden algo del funcionamiento cerebral, las ideas no se borran; se empastan. Están pero al no usarlas, o no frecuentarlas a menudo, parecen olvidarse.

Las charlas que tengo con los mencionados arriba te hacen sentir que no te chifla el moño. O que sí te chifla. Y bien fuerte. Pero te enseñan que tenés que estar orgulloso de eso.

jueves, 29 de septiembre de 2011

La mesa

Si uno entra repentinamente, pasa desapercibida, como formando parte de un amoblado monocromático, de viejo pero buen semblante. Se siente ignorada, vulgar, víctima de un polvo adusto, pesado, que cada día la inserta más en el olvido.

Comienza quizás tres... No, definitivamente no son tres. Contando las baldosas de mármol, suman dieciocho. A veinte centímetros cada una, serían algo así como tres metros con sesenta centímetros los que distan hasta la puerta del comedor. De patas trajinosas, macizas y vencidas, de un tiempo en donde había tiempo para hacer las cosas.

Entre las sillas amplias, con respaldos de pana verde, asoma un cajón poco profundo, aunque bastante amplio para tener toda clase de chucherías. Algunas fotos sepia, una tijera. Hilo y una aguja pervertida que atraviesa el orificio del botón huérfano del sacón del tío. Tapitas de gaseosa, y un espejo redondo, con un marco de metal trabajado, asediado por el mismo polvo.

Consta de dos tramos idénticos unidos al centro, para todos los días, más una extensión ocasional para las noches de fiesta. Aquellas noches de gala... Cada borde tiene su propia historia. Historia que se escribió con una llave, a base de un magullón, o un círculo desteñido que durante muchos años fue el aposento de la pava.

La miro y me sonrío. Pero no puedo pretender que me entiendan. Sólo yo, y algunos pocos otros, sabemos lo que significa.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Apuro mata interés

Redireccionando un poco la épica frase "billetera mata galán", me topé con esta que intitula la "entrada", como le gusta decir al portal blogger.

Sin más, vamos al post. Pero... ¿por qué sin más? ¿qué apuro hay? Tiendo a pensar últimamente que si el mundo choca de frente contra algún otro cuerpo celeste, el cuenta kilómetros se le va a quedar clavado en 200. No sería raro que le pongan un par de rueditas para que, en un futuro no muy lejano, la rotación no pierda ritmo por el rozamiento de la gravedad y el día dure 22 hs. Por decir algo, tendríamos una variante de un día más óptimo.

Ahora bien, sabemos que lo más veloz es más caro, "mejor", y desde algún punto, apostamos a ello con fundamentos basados en cuestiones ideológicas, filosofía barata, o artimañas marketineras. La pregunta crucial es: ¿algo más veloz, es más interesante? Y acá se funden tres o cuatro conceptos que al volcarlos en un molde, enfriarlos, y después mirarlos a trasluz, son bastante parecidos al de "interesante", pero no iguales. Porque lo interesante para algunos, puede ser más que poco atractivo para otros, lo que hace a la historia muy subjetiva. Para mi puede llegar a ser interesante definir que es interesante en sí, y para otra persona lo interesante es encontrar el significado de lo interesante lo más rápido posible dentro de este post, lo que justamente contradice a su idea general...

Como pseudo escritor, me atrae poder describir o guionar la realidad que me rodea para que quien me consuma, pueda sumirse en ella perfectamente, y recordar cada detalle, y transmitirlo si lo desea. Entonces, pienso, ¿cómo podría limitar mi libertad literaria a ciento cuarenta caracteres, si con la luz de la luna tengo para trescientos? Creo tener poder de síntesis, pero eso me supera.

Cuanto más veloz, más rutinario. Cuanto más rutinario, menos artesanal. Cuanto menos artesanal, menos trabajado. Cuanto menos trabajado, menos único e irrepetible. Cuanto menos único e irrepetible, menos interesante. Por inducción, apuro mata interés. Y esto tradúzcanlo al ambiente y al lugar que quieran: al trabajo, la vida, el novio, el marido, el ánimo...

Total, si podemos fundir conceptos para lograr uno interesante, podemos traducir ideas deformándolas también, pero manteniendo su esencia.

martes, 28 de junio de 2011

Verdiversidad: ¿Variedad de verdades o distintas facetas de un mismo todo verídico?

Más allá de que "la verdad absoluta no existe y eso es absolutamente cierto" (Les Luthiers) o bien que "la verdad es aquella mentira mejor expuesta y argumentada" (un amigo filósofo), me interesaría explorar un concepto de verdad que vengo viendo en pleno auge en los últimos años. Se trata de definir a la verdad como aquello capaz de agradar a otro

Ahondando un poco más en esta teoría, alcanza con ver algunos medios de comunicación y compararlos con otros que defenestran a los anteriores. Si uno dice que las cosas están bien, habrá otro que diga que las cosas podrían estar mejor, otro más que diga que las cosas "no vienen como las de antes" y otro fundamentalista del extremismo que dirá que todo esta mal y que las tres versiones anteriores temen mostrar la crudeza de los hechos. Si lo trasladamos a la vida cotidiana, nos apegamos apasionadamente a la idea de tomar algo como verídico si consideramos verídica la fuente de donde proviene esa información: esto es, por ejemplo, que si un amigo te dice que estás más gordo que el año pasado, hasta serías capaz de mirarte desnudo al espejo de cuerpo entero para terminar admitiendo -paradójicamente, aunque no sea cierto- que estás "hinchadito nomás". Ahora bien, si quien pone en tus oídos este dato es alguien menos relevante para vos, probablemente pienses que mejor sería que se mire un poco él, en lugar de andar ofendiendo a los otros...

El hecho de transformar lo mítico en algo creíble es difícil de manejar, pero quien sepa conducirlo, puede lograr consecuencias importantes: lograr tendencias, manipular personas, cambiar personalidades, formar ideas... Entonces, se "adecúa" parcialmente la verdad a gusto y piacere de quien la consuma. Si la gente quiere inseguridad, démosle inseguridad, como sea, no importa el costo. ¿Quieren aumento de precios? Pero si la inflación anda por las nubes y los sueldos son una miseria. ¿Quieren la opinión de Cristina? Los precios no aumentan tanto como dicen las consultoras, y si te dan un tiro en una esquina, es simplemente una sensación".

Sin embargo, hay algo que no entiendo, y es cuando alguien informa con miedo a informar, para luego jactarse de no haber desinformado. ¿Complicado? "Hubo un accidente de auto en Panamericana y murieron aproximadamente 4 personas" ¿Cómo es que alguien muere "aproximadamente"? O, por ejemplo, "en estos momentos habría una reunión donde estarían los dirigentes de la CGT en la que decidirían sobre futuras acciones que tomarían lugar en el futuro". Los condicionales excesivos no hacen más que revitalizar y hacer frondosa la única verdad: están probando estrategias para capturar crédulos.

"A 132 personas le gusta este post" Y no tiene ni un miserable comentario...

domingo, 20 de marzo de 2011

Perfiles oftalmológicos de conceptos de felicidad

-¿Se puede ser feliz?
-Y cómo no se va a poder, es obvio que si.
-Y si es tan obvio para vos, ¿cómo se hace?
-Teniendo lo necesario para serlo...

Silencio.

Una conversación que se puede dar en cualquier lugar, si bien no es tan ordinaria para que la mantengan sujetos ordinarios.

¿Querés mi opinión? Sí, se puede ser feliz. Aunque un futuro psicólogo amigo diga que la felicidad es algo totalmente imaginario, yo no le creo. Lo que sí creo, es que es perfectamente móvil.

Para destacar, con cursiva, negrita y comillas entonces: "La felicidad existe, y hasta apuesto que es posible alcanzarla. Pero en pos de los objetivos que uno mismo se fija, puede transformarse en el horizonte mismo, alejándose a cada paso que demos hacia ella". Listo, punto y aparte, volvemos al estilo general.

Acorde con el párrafo anterior, continúo diciendo que ser feliz es posible, y hay tres maneras distintas de que cada uno piense y construya su concepto de felicidad:

1) Soñar que tu felicidad va a depender de cosas imposibles, como que abras la ventana y deslizándose entren cuatrocientos billetes de cien pesos, o que todas las señoritas (o señores -es acá donde me acordé que también tengo seguidoras en el blog-) esculturales tengan deseos íntimos hacia vos, o que sos el presidente de la república y de ayer a hoy redujiste el desempleo y la clase baja ya no existe.
Si bien los sueños pueden variar según el caso, soñar con imposibles es lo más fácil de hacer. Probá cerrar los ojos y soñar. En el 66% de los casos soñás cosas irreales o cosas reales envueltas en situaciones irreales. Entonces, desde este punto de vista, podés ser feliz igual, pero no vas a tener la felicidad que deseás. Esta forma responde a la frase "no tengo todo lo que quiero, pero quiero todo lo que tengo"

2) Soñar que tu felicidad va a depender de cosas posibles, pero cuasiimposibles, como que vas a ser feliz si tenés un Lamborghini Diablo Cabriolet (debo copyright, en la semana paso a abonar) y en el asiento del acompañante va a ir la nonna diciéndote "pisalo nene dale".
Esta forma de soñar, responde al criterio de unicidad: cada felicidad se logra de una sola forma. Y digo cada felicidad porque los soñadores encausados en este ítem, tienden a pensar en varias formas de ser feliz, pero cada una independiente de la otra. Es similar a un gráfico percentil de barras:
-Felicidad automotor: 36% satisfecha (tengo un 147 al que le hace falta pintura).
-Felicidad familiar: 0% satisfecha (sería hora de sentar cabeza y buscarme una chica -o chico- que me quiera).
-Felicidad Laboral: 15% satisfecha (laburo de lo que me gusta, pero gano dos mangos).
-Etc.
Entonces, para sustentar esta forma de pensar la felicidad, citemos "serás lo que te tocó ser, o no serás nada", dado que con lo que somos, no alcanzaremos nunca nuestros (por decirlo de alguna manera) ideales de felicidad.

3) Soñar que tu felicidad va a depender de cosas posibles, realizables, y a tu alcance. Esta categoría es la más amplia, y sus márgenes son difíciles de determinar. Si bien algunos lectores pueden tildar este tipo de felicidad como "barata" o "conformista", a los soñadores que aquí se identifican, les cuesta muy poco ser felices. Seguramente tendrán adicionalmente sueños como los de tipo 1 y 2, pero no van a relacionar esa clase de sueños con su concepto de felicidad. Para ellos, lo que los hace feliz está al alcance de sus manos (aunque sea indirectamente), y realmente, ponen su empeño en otros aspectos a solucionar cotidianamente, dejando poco tiempo al libre albeldrío neuronal necesario para sueños elaborados.
Con esto no estoy diciendo que los tipo 1 y 2 sean personas extravagantes, o más delicadas. Cada tipo reúne soñadores, simplemente, distintos.

Todo muy bonito, pero ¿qué es la felicidad?
Puede ser muchas cosas, o una, o ninguna. Puede ser aquella palabra bonita que los poetas usan para describir el brillo que refleja la luna llena en los ojos de su amada a la vera de un arroyuelo con corrientes de hilo de cristal. Mas puede ser también un helado, pero no cualquier helado: uno de tres bochas, con obleas, crema, café, caramelo tiznado con soplete, chocolate rallado y una guinda en la punta, traida de los valles mendocinos. Y también puede ser la cara sucia de un nene después de haber cenado opíparamente.

Entonces, desde diferentes perfiles, podemos pensar en alcanzar la felicidad. Y si no nos sentimos felices, quizás tendremos que bajar una categoría, ¿no?

lunes, 14 de marzo de 2011

Patitas para arriba

Así me siento.

Como una cucaracha a la que recién acaban de rociarla entera con insecticida. Boca arriba, moviendo sus patitas, intentando recuperar el último aliento de vida, inútil.

El final está ya sentenciado y sin embargo, trato de imaginar una película distinta, o cerrar los ojos a un destino escrito en Arial Negrita tamaño 32. Trato incomprensiblemente de apostar mi vida a tratar de cambiar mi suerte, que alguien ha tenido la suerte de decidir por mi.

Último esfuerzo, en vano. Me detengo. El pesticida acabó con mis sueños.

miércoles, 12 de enero de 2011

Año nuevo, nueva.... estem...

Suenan las doce campanadas en las mejores iglesias europeas. En España, las amas de casa se apuran a comer las uvas antes de que el sonido se apague. Australia se jacta de ser la primera en recibir el año y el puente de Sidney brilla. Y si ponés Crónica, para ver cuantos segundos faltan, y calcular el descorche para que la sidra no se caliente ni un poquito, está el"especial de la mejor música del 2010", donde paradójicamente la mitad de los artistas que se ven están muertos. La noche se ilumina, y por esas casualidades de la vida refleja los sueños que flotan en el aire.

En cada casa, copa en mano, surgen los buenos deseos. Y las promesas. Benditas promesas muchas veces efímeras, que se extinguen cuando cerramos los ojos.

La iglesia, en sus orígenes, prohibía jurar en vano. Yo, ahora, sin ser religioso, prohíbo (en mi reino) prometer en vano.

Si vas a prometer, cumplí. Sino, dedicate a brindar.