sábado, 30 de enero de 2010

Nada original, aunque sí verdadero

Alguna vez me pregunté si era feliz. Sinceramente no supe responderme. No supe que criterio fijar, bajo que estereotipo decidir, que postura adoptar al momento de discernir.

Uno puede ser feliz amando todo lo que tiene, o vivir triste y decepcionado añorando todo aquello de lo cual carece.

Admiro a quienes gritan su felicidad a viva voz, a los cuatro vientos, a todo el mundo. Y también los desprecio, pues la felicidad, a mi gusto, es personal, y no es algo que se comparta. Las cosas que me hacen feliz a usted quizás ni siquiera le importen. Los causantes de su felicidad me importan un bledo, aunque para usted merezcan estar en un altar. Lo que te hace feliz te identifica, te distingue, te dignifica.

Hoy miré al levantarme el mismo rostro que contemplo hace casi 24 años, y descubrí otro aspecto sobre la felicidad: si bien no se transmite, se nota. Créanme que se nota.

Recordé lo absurdo de haber celebrado "el día de la risa", y reí, sonreí.

No sé si soy feliz o no. Pero estoy aprendiendo.

miércoles, 27 de enero de 2010

¿Qué temperatura hace en Bariloche?

Pienso ir a comprobarlo personalmente...

miércoles, 20 de enero de 2010

Consideraciones sobre Facebook

-¿Por qué no tenés Facebook?
-Porque tengo un blog, prefiero eso

-Pero todo el mundo tiene Facebook
-No me interesa.


No voy a tener Facebook, no sigan rompiéndome las bolas...

martes, 19 de enero de 2010

Hace mucho tiempo que no pongo una foto

¿Qué sensación les causa?

lunes, 11 de enero de 2010

Usar gente: ¿con o sin culpa?

Siempre me he preguntado si cuando uno está mal y recurre a alguien de confianza para sentirse mejor es una proeza o un acto vandálico contra la buena voluntad del otro.

"Para cualquier cosa que necesites, podés contar conmigo" ¿Les suena la frase? Quizás sea vaga la definición de cualquier cosa empleada en esta oración. Pero más allá de eso, no puedo evitar sentirme culpable cuando (por decirlo de alguna manera) "aprovecho" las virtudes de mis amigos y/o familiares para que el mal que recae sobre mí no sea tan difícil de llevar adelante.

Sin embargo, cuando alguien que conozco -y que tiene la suficiente sinceridad para admitirlo- me dice que está mal, le ofrezco mi oído, y mis consejos.

La balanza emocional, ¿está entonces equilibrada? ¿Qué opinan?

viernes, 1 de enero de 2010

El 2010

Da comienzo a una nueva década

Está en pañales

Lo llenamos de deseos y buenos augurios

Rogamos que sea mejor que el año que pasó, aunque el año que pasó nos hayamos comprado 5 autos, 3 casas, y hayamos laburado medio día a la semana.

Pero...

Se celebró igual que siempre

Hubo heridos como todos los años

Siendo casi 2 de enero seguimos teniendo problemas digestivos por todo lo que comimos y/o tomamos

Pasamos una fiesta "acá" y una "allá" como siempre

Entonces... ¿Un año distinto? ¿U otro más que metemos en la bolsa?

El insulto más duro

A lo largo de mis 23 años, casi 24, he sido acreedor de un sinnúmero de insultos, deseos de prosperidad adversa, y demás. Todos más o menos parecidos, menos uno.

El que más dolió, fue "gordo". En ocasiones solo, en ocasiones acompañado de recordatorios hacia los miembros de mi familia. Y hago una aclaración: "gordo" no es un insulto si uno utiliza dicha palabra con el fin que fue creado, pero sí se transforma en un insulto cuando se utiliza para descalificar.

Que poca imaginación tiene la gente al insultar... Y con esa paupérrima imaginación, cuánto daño hace.