Hoy te busqué. Decidí abandonar la pacífica actitud que me caracteriza, solamente para nutrirme de tu esencia. Hoy te busqué para decirte que te amo, que te extraño, y otras tantas cosas más que nunca me animé.
Hoy te busqué, te necesité y quise negociar con mi ego un tratado de paz que me permitiera sentirme libre tan solo un momento, y ocultarme del engreído mundo en tu abrigo.
Hoy te busqué. Ya no estabas en el lugar de siempre, a la hora de siempre, ni tenías esa sonrisa pícara embebida en el rostro. Aún me sigo preguntando qué nos pasó.
viernes, 18 de mayo de 2012
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