miércoles, 10 de agosto de 2011

Apuro mata interés

Redireccionando un poco la épica frase "billetera mata galán", me topé con esta que intitula la "entrada", como le gusta decir al portal blogger.

Sin más, vamos al post. Pero... ¿por qué sin más? ¿qué apuro hay? Tiendo a pensar últimamente que si el mundo choca de frente contra algún otro cuerpo celeste, el cuenta kilómetros se le va a quedar clavado en 200. No sería raro que le pongan un par de rueditas para que, en un futuro no muy lejano, la rotación no pierda ritmo por el rozamiento de la gravedad y el día dure 22 hs. Por decir algo, tendríamos una variante de un día más óptimo.

Ahora bien, sabemos que lo más veloz es más caro, "mejor", y desde algún punto, apostamos a ello con fundamentos basados en cuestiones ideológicas, filosofía barata, o artimañas marketineras. La pregunta crucial es: ¿algo más veloz, es más interesante? Y acá se funden tres o cuatro conceptos que al volcarlos en un molde, enfriarlos, y después mirarlos a trasluz, son bastante parecidos al de "interesante", pero no iguales. Porque lo interesante para algunos, puede ser más que poco atractivo para otros, lo que hace a la historia muy subjetiva. Para mi puede llegar a ser interesante definir que es interesante en sí, y para otra persona lo interesante es encontrar el significado de lo interesante lo más rápido posible dentro de este post, lo que justamente contradice a su idea general...

Como pseudo escritor, me atrae poder describir o guionar la realidad que me rodea para que quien me consuma, pueda sumirse en ella perfectamente, y recordar cada detalle, y transmitirlo si lo desea. Entonces, pienso, ¿cómo podría limitar mi libertad literaria a ciento cuarenta caracteres, si con la luz de la luna tengo para trescientos? Creo tener poder de síntesis, pero eso me supera.

Cuanto más veloz, más rutinario. Cuanto más rutinario, menos artesanal. Cuanto menos artesanal, menos trabajado. Cuanto menos trabajado, menos único e irrepetible. Cuanto menos único e irrepetible, menos interesante. Por inducción, apuro mata interés. Y esto tradúzcanlo al ambiente y al lugar que quieran: al trabajo, la vida, el novio, el marido, el ánimo...

Total, si podemos fundir conceptos para lograr uno interesante, podemos traducir ideas deformándolas también, pero manteniendo su esencia.