sábado, 21 de marzo de 2009

El gobierno estimula el consumo, los vendedores lo derrumban


Nada mejor que llegar a un local comercial y que aparezca de atrás de un lavarropas un tipo que te dice "hola señor, ¿en que lo puedo ayudar?"...
Es irritante. Lamentablemente en nuestro país se piensa y se educa al vendedor para que "salga a encontrar" un cliente. Eso no está para nada mal, excepto cuando se trata de un local comercial, en donde los clientes, si necesitan algo o quieren preguntar, van a entrar solitos...
Hoy me pasó eso. Me tocó uno de esos que hablan hasta por los codos de las cualidades de los productos que te venden: "si, tiene mp3, bluetooth, radio, sms, mms, 3g, mapas, reproductor de musica, auriculares, altavoz, garantia extendida..."
En ese momento vos te preguntás si podrías freir una milanesa en un celular, pero ni en pedo se lo preguntás al vendedor porque te habla durante otros 35 minutos.
Me hicieron la factura, me cobraron, y resulta que cuando estoy por salir el mismo charlatán me dice "le pido disculpas, el equipo que usted lleva no es carter". Pregunta inmediata: ¿debo saber que significa carter? No, por qué, andá a saber que corno es... De nuevo, optè por no preguntarle.
El asunto es que fue todo para atrás, y terminé comprando lo mismo en otro local DEL MISMO COMERCIO. O sea, es como si en el local de la calle x al 1200 me dijeran "no" y en el local de la calle x al 1300 de la misma empresa te digan "si"
Creo que en muchos casos la gente entra a los negocios a preguntar cosas, no siempre a comprar. Y el error del vendedor es preguntarle "¿qué puedo hacer por usted?". Porque uno piensa miles de cosas en las cuales el vendedor podría ser muy útil usándolo en nuestro propio provecho, pero ninguna de ellas factible.
Encuesta popular: ¿El vendedor ayuda o asusta? ¿Dejó de comprar algo alguna vez porque lo pudrió el vendedor?

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