jueves, 26 de marzo de 2009

Hay maneras y maneras...


Siempre me ha pasado encontrarme en la misma situación a resolver, y obtener resultados diferentes de acuerdo a la postura con la que enfrento esa situación.

Pienso que todo tiene que ver con las maneras y las formas en las cuales uno actúa, dice, piensa, etc. El ánimo también es una cuestión decisoria y es un arma importante a la hora de los resultados. Fíjense estas dos conversaciones:

-No hay papel en la impresora
-Ah, y bueno, yo no le voy a poner, porque siempre termino siendo el salame que carga la impresora y nadie repone mis hojas.



-No hay papel en la impresora.
-Fijate de decirle a alguno de los chicos que te ayude, yo recién me quedé sin hojas.

Evidentemente, en las dos conversaciones, el problema es el mismo, y la reacción es distinta. En la primera, la persona se desentiende del asunto, y además impone su criterio personal, desprestigiando a sus compañeros por ser tacaños u holgazanes. En la segunda, la postura es distinta, si bien la solución ofrecida es la misma: no puedo darte papel.

Todos sabemos que si pedimos bien, recibiremos bien. Por ejemplo, cuando vamos a hacer un trámite o a comprar al negocio de la esquina, hay que pensar que quien atiende estuvo durante todo el día recibiendo gente malhumorada, cansada, harta, y que por consiguiente puede estar a punto de estallar en cualquier momento. Si nosotros nos mostramos soberbios, prepotentes, malintencionados, es probable que dicha persona busque (e incluso se esfuerce de hecho) en buscar dificultades o trabas para no darnos lo que queremos.

Hay ocasiones en que no se llega a los resultados no por no ser capaces de obtenerlos, sino por la manera que se tiene de conducir en pro de obtenerlos.

Necesitamos un mundo de opinión, mas necesitamos que dicha opinión no se transmita de manera altanera.

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