
A veces estoy triste, otras no tanto.
Hoy siento dolor. No dolor de que me corté un dedo, o me golpeé la rodilla, sino dolor del otro, del que nadie percibe ni ningún medicamento cura.
Y esto pasa por ser bueno con todos, en demacía. Por jugarse y por hacer lo mejor con toda la onda por cualquiera, sin distinguir si es conocido o familiar o alguien que quiero. Me pasa que yo estoy siempre disponible, siempre con buena predisposición, como los boy scouts... Y tarde me di cuenta de que hay gente que se aprovecha de estas cosas, y no retribuye de manera alguna lo brindado en su momento.
En ocasiones doy hasta lo que no tengo, y el receptor parece no tomar cuenta de lo importante que es para mí aquello que brindo. Más aún, lo desvaloriza y aduce que es algo que cualquiera puede brindarle.
No aprendo más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario