martes, 10 de noviembre de 2009

Necesitamos anestesia

El mundo está loco, apurado. Más aún, frenético e impaciente. Lo veo todos los días, en todos lados, y no hay que tener facultades especiales para notarlo.

¿Adónde vamos tan apurados? ¿Es acaso que hemos comprendido que la vida es corta y debemos disfrutarla al máximo, corriendo de un lado a otro a toda velocidad, sin perder tiempo siquiera para disfrutar los momentos amenos que nos ofrece?

Nos han inculcado la cultura de que la rapidez cósmica nos induce al éxito. Si llego 3 minutos antes a mi lugar de trabajo, son 3 minutos más que podré adelantar en mis proyectos, y son 3 minutos más disponibles para disfrutar en algún momento. Pero, ¿hay tiempo para ese momento?

El colectivo que viene atrás viene vacío, ¿por qué no esperarlo? ¿Y si en realidad no viene vacío? ¿Y si en realidad no viene? ¿Y si encima de demorar para venir, sufre un desperfecto mecánico y llego tarde? Nooooooo, mejor viajo en este, apretado como en un cajón de manzanas, atestado de gente y sin lugar para respirar, pero llego temprano.

La gente hoy en día no sabe esperar. El que espera desespera se solía decir en los viejos tiempos, y nada más aplicable a estos que corren. Esperar a que tu novia/o te llame, a que te atienda el dentista, a ver el alba, a que te den el resultado de tus parciales, es tiempo muerto señores, y como el tiempo es plata, hay que aprovechar para mandar un mensaje de texto, leer otros apuntes, ver la novela, trabajar aún más, y esforzarse en un millón de cosas.

Ni siquiera tenemos tiempo de leer un blog que nos revela la verdad.

1 comentario:

  1. Yo tuve tiempo de leerlo.. jajaja
    Igual, es verdad. L avida pasa y la gente se muere con los temas diarios y al fin.. para nada.
    Muy buena reflexión!

    Raquel (:

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